Cámaras IP y contraseñas por defecto: cuáles son los riesgos
ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, advierte sobre los problemas que puede causarle a los usuarios mantener las contraseñas de fábrica en dispositivos conectados a internet.
ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, advierte sobre la situación de las cámaras IP y el uso de las contraseñas que traen por defecto. En el ámbito de la seguridad, siempre se recomienda a las personas cambiar las contraseñas que vienen desde fábrica en los sistemas y dispositivos que compran. Esto se refuerza aún más al momento de hablar de dispositivos IoT, cada vez más frecuentes en los hogares, y en particular con las cámaras IP, ya que puede dar lugar a que terceros intenten acceder a los dispositivos remotamente.
Hace unos años, desde ESET se analizó el sitio Insecam que comparte miles de transmisiones de cámaras de seguridad ubicadas en distintas partes del mundo. Son cámaras IP de distintas marcas que fueron vulneradas por no utilizar contraseña o utilizar la contraseña por defecto. Esto significa que mientras una persona está en la comodidad de su casa mirando televisión, o de compras en un shopping, otra persona, desde cualquier otro lado, tiene acceso a la cámara desde su computadora.
Con el tiempo, algunos proveedores de cámaras IP dejaron de utilizar contraseñas por defecto para acceder al administrador y obligan a los usuarios a tener que crear una clave de acceso al momento de configurar su cámara. Sin embargo, aún existen modelos y marcas que continúan estando expuestas a las contraseñas por defecto y permiten que cualquiera pueda ver lo que están registrando, incluso obtener información adicional, como ubicación de la cámara, o el nombre del fabricante.
Además de este sitio en cuestión, se han registrado otros casos que muestran el alcance que puede tener una débil configuración de una cámara de seguridad. Por ejemplo, en 2020 cibercriminales comprometieron 50.000 cámaras domésticas y robaron imágenes privadas de las personas. Algunas de estas imágenes se publicaron en Internet e incluían a personas de diferentes edades. Los cibercriminales luego vendían acceso a estas imágenes a personas que pagaban 150 dólares. Se estima que la forma en que lograron acceder a las cámaras de seguridad hogareñas seguramente fue por el uso de contraseñas débiles o el uso de contraseñas por defecto.
A continuación, se mencionan algunas medidas de seguridad para tener en cuenta al momento de la compra y el uso de cámaras IP y otros dispositivos que se conectan a internet:
- Mantener los dispositivos actualizados: muchas vulnerabilidades son reportadas y corregidas en poco tiempo, por lo que si se mantiene la última versión de las aplicaciones y firmware el dispositivo será menos vulnerable.
- Investigar y analizar qué equipos comprar: en Internet hay muchas revisiones y análisis de seguridad publicados sobre varios dispositivos. Es importante hacer una investigación previa antes de comprar un dispositivo y así poder elegir el modelo más seguro.
- Tomarse un tiempo para configurar los dispositivos correctamente: se recomienda deshabilitar puertos y servicios que no se utilicen, evitar las configuraciones por defecto y cambiar las contraseñas. Una opción puede ser visitar el sitio web del fabricante o sus cuentas oficiales, donde probablemente existan contenidos orientados a este tipo de consultas.
“En cuanto a las contraseñas por defecto que traen los dispositivos, es sumamente importante cambiarlas antes de comenzar a utilizarlos. Como se mencionó anteriormente, los cibercriminales pueden obtener una clave de acceso de fábrica de forma bastante sencilla, a veces alcanza con una simple búsqueda en internet para encontrarlas.”, señala Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica.
Resulta cada vez más importante concientizar sobre el uso de contraseñas fuertes que le permitan a los usuarios contar con un mayor nivel de seguridad para sus dispositivos y cuentas personales. “La seguridad de una contraseña está determinada fundamentalmente por la dificultad o el tiempo que le insume a un programa de computadora descifrarla según el poder de cómputo. A mayor cantidad y variedad de caracteres, más tiempo le llevará al programa informático descifrar la clave.”, explica Gutiérrez Amaya.