Rock en Baradero. El ritual que no para de crecer.
Sesenta bandas, cuatro escenarios y más de veinte mil personas en el encuentro de rock más grande de la Provincia de Buenos Aires.
Una convocatoria récord que agotó la octava edición del festival que celebra y reivindica los clásicos del rock y selecciona a las bandas que representan los sonidos que vendrán en una sinfonía perfecta de riff electrizantes y estribillos sin fin. El epicentro de esta ceremonia es el Anfiteatro Municipal de Baradero, bajo la arboleda de la Calle San Martin y que por primera vez toma el entorno del Parque Sarmiento hasta la costanera.
Miles de personas se movilizan desde distintos puntos del país. Los vecinos de la Ciudad se preparan para recibirlos. Una suave brisa mueve las ramas de las tipas y las flores violáceas de los jacarandá. Las remeras de distintas ediciones del festival circulan por las calles. Huele al asadito de los campings, de las quintas, de las casas que los baradeenses abren a los miles de fieles que visitan año a año la ciudad. Es evidente el cruce de varias generaciones que se encuentran en la octava entrega de uno de los encuentros de música más esperados de la agenda del país. Rock en Baradero. Caravanas de autos, familias, amigos, acampe, pogo, trapos, los mismos de siempre y un montón de gente nueva que no se lo quiere perder.
VIERNES 7
Las actividades comienzan pasadas las 15 horas con talentos emergentes que dan inicio a la jornada. Se destaca la presencia femenina y las voces locales. Pasan por los distintos escenarios Simpático Cabrón, Mía Zeta, Ojos, Divina Argentina y Vale Acevedo. El día continúa con una interesante fusión de artistas de diversos recorridos y propuestas sonoras. El folklore vanguardista de Los Tabaleros, el rock combativo de La Chancha Muda y el eclecticismo de La Valenti, que combina soul, R&B, pop y hip-hop.
El atardecer llega con el cierre de la presentación de Muerdo, el artista español que ya había pisado suelo baradeense en el año 2020, y el comienzo del enérgico show de los platenses Cruzando el Charco. El ambiente se tornó más popero/funkero con Emmanuel Horvilleur y luego llegó la fiesta de Kapanga, banda que tiene asistencia perfecta en el festival y suma crossover con Los Tabaleros en el Escenario Quilmes del festival. Así, los dos escenarios má grande del evento transitan distintos climas, con grupos de gran trayectoria como El Plan de la Mariposa o El Kuelgue, mientras que el Escenario del Barranco se sigue nutriendo de nuevas voces super potentes: María Codino, Eve Calletti, BB Asul, Aye Lobato.
Conociendo Rusia es uno de los grandes embajadores de la nueva camada del rock argentino, mientras que No Te Va Gustar es el primer grupo de la octava edición de Rock en Baradero en unir las dos orillas y representar todo el agite del rock rioplatense, pasada la medianoche. Lo que sigue es la dosis justa de pop/rock e indie rock para bajar algunos cambios: todavía queda toda una jornada por delante. El mega cierre del primer día, Coti y una catarata de hits coronado por la canción desgarradora de Él Mató a un Policía Motorizado bajo dorada luna que bañaba la noche.
SÁBADO 8
Pasado el mediodía la banda local Mono Loco abre el Escenario Este y continúa con diversas voces de la escena emergente: Antonia Navarro, Delirio, Uma y Manu Martínez. Luego Coverheads, la banda liderada por Germán Tripel y Carucha Podestá aporta la fuerza de su potente rock al Escenario Oeste y da paso a Jóvenes Pordioseros, una de las emblemáticas bandas nacidas en los tempranos noventa. Otras agrupaciones fundadas por aquellos años que tiran melodías entre banderas Cielo Razzo y Pier, que tuvo a Juanse como invitado de lujo
También hay lugar para el pop y el indie, y así se demuestra con las actuaciones de Paula Trama, Cata Raybaud y, más tarde, de Carmen Sánchez Viamonte. La poderosa pisada de Eruca Sativa, otro nombre más que recurrente en las distintas ediciones del festival, en el escenario auspiciado por la marca Branca inicia una noche que se proyecta bien rockera, y da pie para una nueva ceremonia de Juanse en Rock en Baradero.
Nonpalidece brinda por su asistencia casi perfecta en el festival y hace bailar a un auditorio colmado. Las vibras soul/jazzeras de An Espil para volver al eje y recuperarse después del pogo, reconectar y tomar fuerzas para el último tramo de la noche, que llega con una tromba de clásicos del rock: La Vela Puerca, Estelares y Las Pelotas. Mientras tanto en el cierre del escenario del Barranco, Terapia mete un show súper caliente, haciendo enloquecer a su público que no para de crecer. Un épico y emotivo momento se vivio en el show de Catupecu Machu, en el que el cantante de la banda Fernando Ruiz Diaz, invita a Eruca Sativa a compartir escenario, dedicando el tema “Dale” a su hermano Gabriel. La jornada termina con el esperadísimo cierre a cargo de Rata Blanca.
Experiencia Baradero
Flashes de luces multicolores. Selfies, fotos grupales, rondas de amigos sentados en el pasto, performances de muralistas, colectivos de paste up, circo, acrobacia, makeup, instalaciones de arte colaborativo. Una diversidad de artistas que integra a talentos de la ciudad con colegas que vienen a ofrecernos sus obras desde distintos puntos del país. El callejón de arte y corredor gastronómico coronado por el escenario de las figuras emergentes, que cuenta con una instalación colgante realizada por una artista plástica local no pasaron desapercibidos. La sorpresa es total. La puesta en escena y coordinación está a cargo de Oquio Estudio para Gonna Go Producciones y la propuesta de los escenarios que sorprende año tras año en tamaño y materialidad siempre de la mano de León Greco.
Durante el fin de semana del 7 y 8 abril Rock en Baradero cumple con su promesa: 4 escenarios y mas de 60 artistas que pueden ser disfrutados en continuidad, doce horas ininterrumpidas de una propuesta de primer nivel en cada una de sus jornadas.