Del campo a la mesa: 5 mujeres protagonistas de las gastronomía argentina
De distinta formación y ocupación, 5 mujeres argentinas cuentan sus experiencias y el escenario que enfrentan hoy desde su rol.
La gastronomía es uno de los sectores más importantes en el mundo empresarial y en los últimos años, las mujeres fueron ganando espacios en este mismo: enólogas, chefs, comunicadoras, gerentes, etc. La igualdad de género ha llevado a muchas mujeres a desarrollarse profesionalmente y emprender sus propios proyectos y negocios en la gastronomía, demostrando su talento y habilidad.
En este informe, se presentan casos de mujeres de diferentes áreas y profesiones del sector gastronómico, pero unidas por un mismo objetivo: hacer que los consumidores puedan disfrutar de sus productos y servicios. Aquí comparten su experiencia y la importancia de emprender e innovar en esta industria.
Madre e hija, chef ejecutiva y responsable de marketing (Pablos Restó & Pastelería)
El rol de la mujer en Pablos Restó & Pastelería fue y es fundamental. Su fundadora fue una mujer que se destacó por su fuerza, dedicación y perfeccionismo y que junto a su marido construyeron un negocio de ya 50 años de historia.
En Pablos Restó & Pastelería el 50% de los empleados son mujeres y actualmente la mayoría de ellas ocupan cargos importantes como gerente de local y responsable de eventos, responsable de pastas, responsable de recursos humanos; y entre ellas está Marcela Vázquez, su chef ejecutiva y Penélope Mariani, responsable de comunicación y marketing, con la particularidad de ser madre e hija respectivamente.
Ambas, desde su rol, buscan respetar la esencia de la marca, los valores y la filosofía que instalaron la primera y segunda generación de la familia Mariani, fundadores de Pablos Restó. “Mi proyecto desde la comunicación se basa en poder plasmar todos estos valores familiares en una propuesta bien definida, que se trata de una pastelería tradicional y pastas artesanales como el corazón de nuestra cocina”, comenta Penélope.
Por su parte Marcela tiene como premisa que los clientes tengan buenas experiencias, acompañarlos con sabores y platos que los inviten a volver, priorizando la calidad de las materias primas, lo rico, saludable y equilibrado. “Ser chef es una actividad dinámica, desafiante y creativa. Siento que acompaña mi personalidad y es parte de la forma de comunicarme con el mundo. Tengo la suerte de haber ganado un lugar que no deja de sorprenderme y que me permite vivir todo el tiempo nuevas experiencias, lo que hace de mi trabajo una tarea muy enriquecedora”, comenta Marcela.
Sommelier y emprendedora
Estefi Picarelli tiene 35 años, es sommelier y recientemente dio inicio a su proyecto #Tomavino, que lo comenzó a gestar en 2018. El vino empezó como un hobbie, tomando una copa para terminar el día, probando diferentes vinos, ir a degustaciones, hasta que hubo un día que empezó a sentir que quería saber más y más y hacer cosas con vino. Fue así que decidió anotarse en la carrera hasta convertirse en sommelier. “Ser sommelier es un estilo de vida. El vino evoluciono mucho y hay más interés en conocer sobre esta industria. Hoy un sommelier puede elegir entre varias ramas como por ejemplo desarrollarse en bodegas, armar sus propios proyectos de degustaciones, armar cartas para restaurantes”, comenta.
Para Estefi tener un buen vino en la mesa representa placer, el momento de estar relajados; abrir un vino y servirlo invita a poner la mente en blanco un rato, “el mejor vino es el que a uno le gusta y si es acompañado por esa o esas personas que queremos, es la mejor experiencia”, reflexiona.
Con cada cliente Estefanía busca aportar conocimiento, que se basa en las experiencias que vivió con el vino, hablando con un lenguaje claro, siendo práctica, para poder llegar a todos los consumidores. Hoy es dueña se su propio proyecto, lo que le permite articular su rol de sommelier y el espíritu emprendedor que siempre la caracterizó.
La calidad por sobre todo
Natalia Lisanti, tiene 43 años y es directora de operaciones de Qüem, empresa de alimentos congelados. Tiene como principal responsabilidad dirigir y acompañar a los sectores de la empresa para asegurar la calidad final de los productos que llegan a la mesa.
Natalia es Licenciada en Recursos Humanos y encontró en esta faceta profesional dentro de Qüem desafíos constantes para lograr que el espíritu de la marca se vea reflejada tanto en lo que hacen todos los colaboradores como en los productos. “Mi premisa de todos los días es hacer que nuestros productos transmitan y brinden practicidad, variedad, siendo ricos y saludables”, comenta Natalia.
Según la experta la dieta de los argentinos es bastante variada, pero sigue siendo desequilibrada, “comemos mucho en el almuerzo y en la cena y no lo equilibramos entre comida. Generalmente se comienza más saludable a la mañana y a la noche comienzan los desajustes”, alerta. Desde Qüem justamente Natalia trabaja para poder ofrecer productos que sumen variedad a la mesa y a la propuesta de cocina y menúes de cada familia.
El laboratorio, el corazón de la empresa
Con solo 26 años, Lucila Rey Minervini es responsable de Laboratorio de Bierhaus, empresa de cerveza artesanal y cuya mayor responsabilidad es asegurarse la calidad y el perfecto estado de las materias primas y el producto final, como así también del correcto funcionamiento del proceso de enlatado y la limpieza de todos los productos y máquinas.
“Lo que más disfruto de mi rol es poder ver todo el proceso de producción de principio a fin. Cómo llega la materia prima, ir probando el producto en cada etapa y verlo como se termina transformado en cerveza. Me gusta poder encontrar las fallas para darles una solución”, comenta.
Según Lucila, el laboratorio es un área crítica, ya que es donde se verifica el correcto funcionamiento de todos los procesos; y es la calidad del producto terminado lo que hace que los consumidores compren con confianza. “Al ser la persona responsable de laboratorio eso representa una gran responsabilidad, ya que por ejemplo se pueden contaminar tanques de 12 mil litros de cerveza o que no fermente correctamente y de no identificarse, implica un impacto directo en la calidad de la cerveza”, alerta.
Las mujeres han ganado un espacio en la industria gastronómica muy importante. Hoy están al mando de una cocina, son dueñas de un proyecto, son responsables de la calidad del producto final. Y aunque aún no se ha llegado a una paridad, la gastronomía ha logrado unir a ambos sexos y demostró que se puede seguir trabajando y avanzando en conjunto.