Día Internacional de la Mujer Trabajadora: Expresiones de una lucha organizada
El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, encuentra sus orígenes en Nueva York en 1908. 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo. Por Gabriela Barcaglioni
Exigían reducción de jornada laboral a 10 horas, igual salario que sus compañeros -hacían las mismas actividades- y revertir las condiciones de trabajo que padecían.
El dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas del edificio para que las mujeres desistieran y abandonaran el lugar. El fuego las devoró.
Dos años después, durante la segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, en Copenhague, Clara Zetkin, propone el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en homenaje a las mujeres asesinadas en la huelga.
Cada 8 de marzo las mujeres en el mundo nos movilizamos, celebramos los avances obtenidos en el ejercicio de nuestros derechos y exigimos las condiciones que aún limitan nuestro pleno desarrollo.
Lenguaje de lucha y resistencia
Nuestro país no es ajeno a esta conmemoración y cada año se multiplican las actividades, las movilizaciones, las declaraciones, siempre marcadas por el contexto socioeconómico que en 2024 configura el gobierno de Javier Milei.
La prohibición de utilizar lenguaje inclusivo, no sexista, y la perspectiva de género son acciones del gobierno de Javier Milei que implican retrocesos en las conquistas del movimiento feminista.
Deben interpretarse no solo como expresiones de una profunda misoginia, sino de una concepción patriarcal de las relaciones sociales.
La discusión sobre el uso del lenguaje genera resistencias y tensiones porque se trata de un proceso de transformación cultural. El lenguaje es un sistema de significaciones, modos de percibir el mundo.
La disputa por estar presentes en el lenguaje es una lucha política por promover un lenguaje que no oculte, no subordine ni excluya a ninguno de los géneros y se haga eco de la diversidad de las personas. Fundamentalmente, evitar la reproducción de patrones socioculturales que excluyen e invisibilizan a una parte sustantiva de la sociedad.
Tras una aparente neutralidad, se esconde y fortalece una relación de subordinación. Condena a las mujeres, a las personas con identidades sexuales diversas y a quienes no se identifican con géneros binarios a desaparecer del discurso.
Queda claro que no solo es un aspecto morfológico y que no se limita al uso de la e, la x o el @.
La lucha de Micaela García
Respecto a la perspectiva de género y su vinculación con el rol del Estado como garante de
igualdad y no discriminación, vale mencionar como ejemplo la Ley Micaela.
Permitió desde su sanción en 2018 y hasta el 2022 que 230.730 autoridades y agentes de la administración pública nacional se formaran en esta perspectiva, para promover intervenciones adecuadas, que no reproduzcan y perpetúen prácticas desiguales y violentas.
Esta normativa es fruto de la movilización social que produjo el femicidio de Micaela García,
violada y asesinada en 2017 por Sebastián Wagner, quien había sido condenado por el abuso
sexual de dos mujeres y se encontraba en libertad condicional por decisión judicial.
El femicidio de Micaela evidenció la falta de perspectiva de género en las personas que
debieron prevenir su asesinato.
Por eso se propone identificar visiones y prácticas que reproducen discriminación y violencia de género dentro de los organismos del Estado y ofrece herramientas teórico-prácticas para modificarlas.
La llegada de Milei a la Rosada
Siendo diputado porteño, el actual presidente de la Nación aseguró: «Si las mujeres ganaran menos que los hombres, las empresas estarían llenas de ellas». Negando así la brecha salarial de género en el marco de una entrevista realizada por la periodista María O’Donnell en 2021.
Según un estudio publicado por el Observatorio de Argentinos por la Educación en 2024, a pesar de que las mujeres terminan en mayor proporción la secundaria y la universidad, el salario de ellas es entre un 22% y un 27% menor que el de los hombres.
La diferencia salarial sube a 36,5% entre las trabajadoras y trabajadores informales y baja a 17,5% entre las empleadas y empleados registrados, según las cifras del INDEC del primer trimestre del 2023.
Quien hace gala de sus estudios en economía desestima el aporte de Claudia Goldin, Premio Nobel en Economía, para entender mejor las brechas de género observadas en el mercado laboral. Tanto en la dinámica de la participación de las mujeres en el mercado (a la que denominó “la revolución silenciosa”) como en los diferenciales salariales que perciben.
Goldin concluyó que terminar con la desigualdad salarial y el inequitativo reparto de las tareas domésticas y de crianza es central para los estudios económicos.
Es decir, eliminar la perspectiva de género implica no percibir y no accionar para eliminar estas desigualdades que son estructurales y que responden a un orden social, el patriarcado.
La llegada de Milei a la Casa Rosada significó la eliminación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, creado en 2019, para diseñar, ejecutar y evaluar las políticas públicas nacionales en materia de género, igualdad y diversidad.
La existencia del organismo responde al compromiso asumido por el Estado argentino al firmar en 1996 la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra La Mujer
”Convención de Belem do Pará.”
Compromiso contemplado en la Constitución Nacional (art. 75, inc 22) que obliga al Estado, más allá de quien lo administre y gobierne, a eliminar la violencia contra las mujeres y que consagró el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia tanto en el ámbito privado como en el público.
La mayor parte del presupuesto del Ministerio se invirtió en el Programa Acompañar, destinado al fortalecimiento de la independencia económica de mujeres y LGBTI+ -aproximadamente 352.385 personas, según datos oficiales – en situación de violencia de género. El principal obstáculo para salir del círculo de violencia que las lleva a la muerte.
Ni una menos
Su existencia tiene historia, proceso institucional que interactúa con la presencia de un movimiento feminista, de mujeres que reclama, propone, demanda y se reconoce en su rol político.
La subsecretaría Nacional de la Mujer creada por el presidente Raúl Alfonsín en 1987, fue el primer organismo de promoción de las mujeres creado en el aparato del Estado argentino, cuyo antecedente es el programa de Promoción de la Mujer y la Familia creado en 1985.
Es decir, que lo que se desconoce al eliminar el Ministerio es el desarrollo de una transformación socio-cultural de las mujeres y diversidades organizadas políticamente.
Argentina ha estado a la vanguardia regional en el avance de derechos de las mujeres y las diversidades sexuales, por eso el “Ni una menos” en 2015 no es una irrupción de un movimiento, sino la expresión de una sucesión de hechos que la sustentan e insisto fue protagonizado por mujeres y diversidades organizadas políticamente.
Por eso, la expresión del presidente de la Nación en el Foro Económico Mundial de Davos (enero 2024) que definió al feminismo como: «una pelea ridícula y antinatural entre el hombre y la mujer», inventado por el socialismo “luego de que se le terminara el curro de la lucha de clases” es una falacia.
Expresiones que, como lo señala el filósofo Ricardo Forster caracterizan el discurso de Milei como reaccionario y no como rebelde, que expresa el crecimiento de extremas derechas en el mundo; de los que Donald Trump en Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil son solo ejemplos.
Frente a este discurso reaccionario, las mujeres como artífices de la historia reclamaremos que Argentina cumpla con los compromisos asumidos en tratados internacionales de derechos humanos.
Prevenir y erradicar la violencia por razones de género, garantizar el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia es responsabilidad del Estado, de sus instituciones, de todos los gobiernos.
Fotografía de portada de Lucía Merle – infoydata.com