Visa de inversión en USA: La gastronomía, un negocio ideal para obtenerla

Visa de inversión en USA: La gastronomía, un negocio ideal para obtenerla

Para los compatriotas que buscan establecerse en este paraíso culinario, entender los requisitos formales y más allá es crucial para el éxito ¿Cuáles son las exigencias clave? ¿Qué errores se deben evitar? ¿Y cómo se puede maximizar las posibilidades de éxito?

La escena gastronómica de Miami y el sur de Florida brilla con un resplandor propio. Con su diversidad cultural, clima tropical y una economía en constante crecimiento, esta región se  convirtió en un imán para los inversionistas gastronómicos de todo el mundo.

Sin embargo, aunque emocionante, la aventura de invertir en gastronomía en Miami también está llena de desafíos. Para los argentinos que buscan establecerse en este paraíso culinario, entender los requisitos formales y más allá es crucial para el éxito ¿Cuáles son las exigencias clave? ¿Qué errores se deben evitar? ¿Y cómo se puede maximizar las posibilidades de éxito?

Matías Pagano, emprendedor gastronómico y director en The KAO Group, y Carla Anzaldi, abogada especialista en inmigración, son dos expertos en la materia que viven en Miami hace años y conocen la región y sus vericuetos. Juntos, ofrecen una visión integral de lo que implica invertir en gastronomía en Miami y la Florida.

Carla Anzaldi enfatiza la importancia de la asesoría legal desde el principio. “Se necesita primero asesorarse para establecer el plan de cómo van a registrar la sociedad”, dice. Transferir el dinero de manera correcta y demostrar el origen lícito de los fondos son pasos críticos. “Si no se puede hacer eso, no les van a dar la visa”, advierte.

Una de las claves es comprender que para obtener la visa de inversión, el negocio debe estar en funcionamiento. “El que quiere venir a vivir a Estados Unidos relativamente pronto no puede tener un proyecto a dos años”, explica Anzaldi. “Recién se puede mandar el pedido de visa cuando ese negocio haya abierto y esté operando: tienen que empezar a operar, tener por lo menos dos empleados  y recién se puede solicitar la visa, que se pide directamente en la Embajada americana en Buenos Aires”.

Otro error común es ingresar al país con visa de turista y luego intentar establecer un negocio, habiendo incluso inscripto a los hijos en la escuela. Esto suele pasar porque las escuelas no pueden chequear el estatus legal de los chicos; en general siempre los reciben. El problema viene después, en la embajada, cuando le dicen: ‘Okay, me dijiste que venías de turismo y metiste los chicos en la escuela; violaste el estatus de tu visa de turista'”, grafica. Este error puede resultar en la negación de la visa de inversor, a pesar de haber invertido mucho dinero en un negocio exitoso.

“Eso puede ser motivo de denegación de la visa en la embajada”, señala Anzaldi. “A veces invierten mucho dinero, tienen un negocio exitoso, pero un error al principio arruina su futuro en Estados Unidos”.

Según Pagano a menudo es recomendable comenzar con un negocio más ágil y bien estructurado antes de embarcarse en un proyecto a gran escala. Además, recibir asesoramiento previo es crucial, incluso si inicialmente no se tiene la intención de residir en Estados Unidos. “Muchas personas optan por no buscar asesoramiento, argumentando que no desean establecerse en el país de manera permanente en ese momento. Sin embargo, esto puede llevarlas a realizar una inversión significativa en un negocio que, aunque prometedor, no cumple con los requisitos para la visa de inversión”, detalla Anzaldi.

Como resultado, pueden encontrarse en una situación en la que deben viajar constantemente a Miami sin residir allí, lo que puede generar complicaciones al pasar por migración. “Además, es común que aquellos que viajan con frecuencia a Miami terminan enamorándose de la ciudad y decidan mudarse, lo que puede llevarlos a invertir en un segundo negocio que no genere los ingresos esperados solo para obtener la visa, ya que el primero no fue diseñado específicamente para obtener la visa de inversión”, especifica la letrada.

Pagano enfatiza que la gastronomía es un negocio ideal para la visa de inversión. “Es muy fácil de demostrar el alquiler, las ventas y los empleados”, explica. Dado que los restaurantes operan todo el día, todos los días, generar empleo es una parte natural del negocio. Esto facilita el proceso de obtención de visas en comparación con otros negocios con pocos empleados.

Las visas de inversión cambiaron en los últimos años. “Se conseguían súper bajas hace algunos años”, dice y recuerda. “Desde el período de Trump en adelante, los montos se fueron más cerca de los 200.000 dólares”.

Si bien Estados Unidos como tal no exige un mínimo de inversión, ya que la ley habla de una “inversión sustancial”,  el monto mínimo lo fijan las embajadas. “Hoy por hoy estamos en unos 180 mil dólares, así que se debe transferir de entrada por lo menos 180 mil dólares por inversor”, ratifica Pagano.

Sin embargo,  aclara que el verdadero desafío no es el monto de la visa, sino encontrar un negocio viable. “Entre $180.000 y 200.000 dólares puede no ser suficiente para asegurar el éxito del negocio. “Los negocios que consigues por ese monto son realmente malos”, comenta.

Una opción inteligente para aquellos con recursos limitados es asociarse. “Hasta se podrían juntar dos personas e invertir 50 y 50”, sugiere Carla. Esto no solo les permite cumplir con el requisito de tener el 50% de un negocio para obtener la visa, sino que también aumenta las posibilidades de éxito al invertir en un negocio más interesante y rentable.

Matías Pagano añade otra capa de perspectiva al discutir los montos de inversión. El costo de entrada puede ser más alto de lo esperado, especialmente en áreas más exclusivas como Brickell o Sunny Isles. Es esencial entender que el costo de la visa es solo el principio, y que la inversión total necesaria puede ser mucho mayor.

“Es importante definir zonas de interés y calcular montos de inversión y tiempos”, dice Pagano. “Una vez hecho esto, hacer un plan de negocios para estar seguros de que podemos cumplir con la inversión y los gastos operativos”.

Encontrar una buena ubicación, calcular con precisión los costos iniciales y operativos, y crear una propuesta sólida son pasos esenciales. Pero, según Anzaldi, la clave es la anticipación y la prolijidad. “Los casos de éxito son la gran mayoría”, afirma. “La gente que planifica antes, que se asesora, que entiende que el primer año es un derecho de piso, tiende a tener un mejor desempeño”.

A pesar de los desafíos, ambos expertos ven un futuro prometedor para los argentinos que desean invertir en gastronomía en Miami y la Florida. “Una vez que arrancaste, todo empieza a cuadrar mucho mejor, cada año te va un poco mejor”, asegura Anzaldi.

En última instancia, la clave está en la planificación, la perseverancia y la colaboración. Con la asesoría adecuada y una estrategia sólida, el sueño de establecer un negocio gastronómico en este vibrante rincón del mundo puede convertirse en una realidad gratificante.

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